Santiago Garcia-Milà, Presidente de la IAPH
J.A. DOMÈNECH
21/10/2019
García-Milà cuenta con una dilatada carrera en el sector privado e institucional. Actualmente es el subdirector general de Estrategia y Comercial del Puerto de Barcelona. Compagina la presidencia de la IAPH con la de PortIC (el Port Community System del Puerto de Barcelona). Es miembro del Comité Ejecutivo de la Organización Europea de Puertos –ESPO (European Sea Ports Organisation); y consejero delegado de la Terminal Marítima Interior del Puerto de Barcelona en Zaragoza (tmZ).

‘El Puerto de Tarragona lleva tiempo desarrollando una estrategia de diversificación y está teniendo buenos resultados’
La International Association of Ports and Harbors (IAPH) es la única asociación reconocida unánimemente como portavoz de la industria portuaria mundial.
La IAPH es una alianza global sin ánimo de lucro con un importante peso en el ámbito marítimo-portuario internacional ya que en la actualidad agrupa a 170 puertos y 140 miembros asociados, de 90 países distintos, cuya actividad representa cerca del 80% del tráfico mundial de contenedores y más del 60% del tráfico total de toneladas.
Trabajamos para favorecer el papel de los puertos como motores económicos y de cambio en sus respectivas áreas de influencia. En esta línea, en el último año, la IAPH creó el Programa Mundial de Sostenibilidad de Puertos (World Ports Sustainability Program -WPSP-) teniendo como referencia los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para unir esfuerzos en materia de sostenibilidad.
Además, favorecemos el intercambio de conocimiento y experiencias entre todos los miembros de la asociación y defendemos sus intereses ante entidades internacionales como la OMI, la UNCTAD o la OMC, entre otras.
¿Puede resumirnos los grandes ejes que quiere impulsar en su nuevo mandato?
El pasado mes de mayo, en la clausura de la 32ª Conferencia Anual de la organización, que se celebró en Guangzhou (China), fui reelegido presidente de la IAPH por segunda vez. Por tanto, este es mi tercer mandato consecutivo.
Desde que fui nombrado presidente de esta asociación, en el año 2014, he basado mis acciones en una meta muy clara: hacer que los puertos se conviertan en generadores de valor para la economía de su zona de influencia de una forma sostenible. Y con sostenibilidad no me refiero únicamente a la medioambiental, sino que hablo también de sostenibilidad económica y social.
Teniendo siempre presente este objetivo prioritario, en este nuevo mandato vamos a seguir trabajando para que la IAPH gane aún más presencia en la Organización Marítima Internacional (OMI) y en otras instituciones internacionales. Al mismo tiempo, vamos a desarrollar nuevos proyectos en el marco del Programa Mundial de Sostenibilidad de Puertos (WPSP por sus siglas en inglés).
A nivel interno, continuaremos trabajando para lograr la incorporación de nuevos miembros, de forma que la organización siga creciendo, y fomentaremos la gestión cada vez más profesional de esta labor. También optimizaremos el uso de nuestros recursos de forma que se adecuen a las necesidades actuales y futuras.
Todo este trabajo se lleva siempre a cabo basándonos en la confianza, la transparencia y la fiabilidad.
En general, ¿cuáles serían los grandes retos a los que se enfrentan los puertos?
A nivel internacional, los puertos se enfrentan a una serie de retos comunes que afectan a diferentes ámbitos. Si nos referimos a las infraestructuras, es evidente que la tendencia al gigantismo de los buques impacta en los puertos de forma importante porque conlleva la necesidad de acometer importantes inversiones para adecuar los muelles a estas nuevas demandas de las navieras, así como para realizar la evacuación de la carga evitando la congestión en tierra que se puede producir ante el gran volumen de carga de estos buques.
Por otro lado, en el ámbito tecnológico está claro que los procesos de digitalización actuales requieren de un cuidado cada vez mayor respecto al tratamiento de datos y a las herramientas que utilizamos para garantizar la seguridad en la transmisión de estos.
Pero, sobre todo, y como ya he dicho anteriormente, los puertos estamos inmersos en un cambio global para ser cada vez más sostenibles, eficientes y socialmente responsables. Debemos ser capaces de garantizar un crecimiento sostenible en todos los ámbitos. Esta es la política que tenemos desde hace tiempo en el Puerto de Barcelona y que yo, como presidente de la IAPH, me he encargado de difundir tanto entre los miembros de esta asociación como ante otras instituciones internacionales. Es necesario que los puertos sean conscientes de que somos una infraestructura al servicio de la sociedad.
Algunos son especialmente sensibles, debido también a las nuevas normas de la Administración. ¿Existe un exceso de regulación?
Las regulaciones son muy diversas en función de los países y de las distintas regiones del mundo. Sean o no excesivas, lo que está claro es que estas regulaciones deben propiciar siempre que los puertos sean un motor de cambio en positivo en estos tres aspectos que he citado: economía, sociedad y medioambiente.
El margen de crecimiento de un puerto viene dado por la dimensión de su hinterland y su posicionamiento como hub internacional para las navieras
Son muchos los puertos en el mundo que acometen mejoras muy sustanciales en medioambiente y gestión. Aunque imagino que las sensibilidades, por ejemplo, entre Oriente y Occidente son bien distintas.
No solo entre Oriente y Occidente. También entre el norte y el sur de Europa, por ejemplo. En tanto que los puertos están para servir al territorio en el que se ubican, es obvio que cada uno debe dirigir su estrategia a facilitar la internacionalización de las empresas ubicadas en su área de influencia. Por ello, cada puerto debe regirse por las necesidades que presenta su hinterland más inmediato. Sin perder de vista, eso sí, que las infraestructuras portuarias también estamos al servicio de regiones más amplias porque somos nodos fundamentales de las cadenas logísticas internacionales.
En España, los puertos están muy implicados en la mejora constante, más allá incluso que la demanda de sus operadores. ¿Podemos decir que nuestra industria portuaria está entre las mejores del mundo?
Como presidente de la IAPH puedo decir que España tiene entre sus puertos a algunos de los mejor conectados y con más elevadas productividades del mundo. Así lo reflejan índices como los elaborados por la UNCTAD.
Los puertos españoles han trabajado mucho, y también han invertido mucho, para adaptarse a las necesidades de las compañías marítimas. Pero no podemos caer en la complacencia. Estamos en un sector altamente competitivo y es nuestra obligación trabajar siempre para permitir que nuestros clientes lo sean cada vez más.
Quizá nuestra industria portuaria debería crecer más también exportando gestión, como hacen otros puertos líderes mundiales.
Obviamente, el caso que mejor conozco es el del Port de Barcelona y puedo asegurarle que exportamos gestión desde hace mucho. Un ejemplo es el asesoramiento en la implantación de un Port Community System o el Plan de Calidad que tenemos desde hace años y que ha sido exportado a distintos puertos del mundo, adaptado a las necesidades de cada uno de ellos.
Pero también hay otras autoridades portuarias españolas que han colaborado con puertos de diferentes países, facilitándoles su conocimiento y experiencias, así como su colaboración en la mejora de la gestión portuaria.
También parece un buen síntoma ver que en nuestro país puertos medianos y pequeños luchan por posicionarse y crecer frente a los grandes. ¿Sigue, pues, habiendo margen de crecimiento?
El margen de crecimiento de un puerto viene dado por la dimensión de su hinterland y su posicionamiento como hub internacional para las navieras. Pero este crecimiento debe ser siempre sostenible.
Ya lo he dicho en alguna de las respuestas anteriores, pero a mí me gusta dejar muy claro que el papel de los puertos debe ser, siempre, el de motor económico que favorezca un crecimiento sostenible al servicio de los ciudadanos. Es decir, de lo que se trata es de que aumente la aportación que ese puerto hace a la economía y de incrementar el valor añadido que su actividad provoca. Pero sin olvidarnos de que la meta es la sostenibilidad económica, social y medioambiental.
Por otro lado, los puertos son piezas de las cadenas logísticas que deben contribuir a la mejora de estas. Lo que quiere decir que la mercancía debe transitar por el puerto que optimice dicha cadena logística, es decir, el que la haga más ágil, rápida y fiable.
El Puerto de Tarragona, gracias a su diversificación, ha conseguido un buen posicionamiento y lidera algún sector en el Mediterráneo: hidrocarburos, cereales… ¿Qué le parece su papel?
La diversificación de tráficos es muy buena para los puertos porque pueden servir mejor al tejido empresarial que les envuelve y depender menos de la coyuntura relacionada con un tipo de mercancía específico. El Puerto de Tarragona lleva tiempo desarrollando esta estrategia y está teniendo buenos resultados.

‘Cada puerto debe dirigir su estrategia a facilitar la internacionalización de las empresas ubicadas en su área de influencia’
Y recientemente está empezando a situarse en el mapa crucerístico español.
En el ámbito de los cruceros, la misión de los puertos es dar servicio a la ciudad porque el crucerista viaja, prioritariamente, a una ciudad, no a un puerto. Para los puertos, son mucho más rentables las mercancías. Pero, obviamente, tenemos muy clara la vocación de servicio que deben tener las instalaciones portuarias con respecto a las ciudades en las que se ubican. Y los cruceros suponen una importante fuente de riqueza, así como de generación de puestos de trabajo. En este punto, me gusta recordar, además, el esfuerzo que están realizando las compañías de cruceros para diseñar barcos cada vez más sostenibles, aplicando todas las medidas medioambientales necesarias para conseguir el mínimo impacto ambiental.
Indudablemente, Tarragona, en tanto que ciudad Patrimonio de la Humanidad, tiene numerosos atractivos que la convierten en un destino muy interesante para el crucerista. Y el Puerto de Tarragona debe estar preparado, y lo está, para poder cubrir de forma satisfactoria las demandas de las navieras de cruceros.
Desde mi punto de vista, los puertos de Tarragona y Barcelona, así como las ciudades, pueden colaborar en el ámbito de los cruceros, generando sinergias que sean beneficiosas para todos.