Genoveva Climent *
20/07/2020

La apuesta del Port por el ferrocarril es sólida y es una oportunidad para la economía de nuestro territorio.
La logística es el sector de mayor crecimiento al mundo en los últimos 10 años. Podríamos señalar dos razones principales. En primer lugar, la globalización y, en segundo lugar, la deslocalización de las empresas, que han contribuido en multiplicar el número de desplazamientos, aumentar la capacidad de los transportes y la necesidad de mejora de los servicios logísticos.
La situación geográfica privilegiada de Tarragona convierte el Port en la puerta de Europa en el Mediterráneo. El Port es un punto de entrada para mercancías procedentes de los continentes americano y asiático que, posteriormente, son distribuidas al resto de la Península Ibérica y a Europa por vía terrestre. Y también es la puerta de salida en el mundo para los sectores industriales y agroalimentarios del país. Las buenas conexiones marítimas y terrestres, así como unos calados de 20 m, proporcionan al Port un posicionamiento con un gran potencial para convertirse en un ‘hub’ logístico de primer nivel.
En el tráfico de pasta de papel, el Port de Tarragona ya se considera hub mediterráneo, con muchas posibilidades de crecimiento. Como también lo es en otro de los tráficos estratégicos para el Port: los productos químicos y líquidos a granel donde se está trabajando e invirtiendo intensamente para reforzar el rol de hub y competir con los puertos del norte de Europa.
Es cierto, la ubicación de Tarragona, con una industria petroquímica muy potente, dota el Port de una ventaja competitiva muy importante frente a otros competidores, y siguen habiendo otras muchas posibilidades gracias a las instalaciones, las conexiones marítimas hacia el Mediterráneo, la intermodalidad y las conexiones con el resto de España y el norte de Europa por tren y carretera.
Los sólidos a granel son un tráfico con posibilidades de crecimiento. Registran buenos resultados, pero que hay que seguir trabajando para mejorar y crecer todavía más. En estos momentos el Port está incrementando los servicios semanales de transporte de agroalimentarios por tren hacia Lleida, Vic y Aragón; y, en breve, se concretará su participación en puertos secos en el interior del hinterland, lo cual mejorará la cadena logística y aproximará el Port de Tarragona a sus clientes finales.
El Port también está desarrollando una estrategia de diversificación de tráficos con cadenas consolidadas en productos como vehículos, fruta tropical, animales vivos, productos siderúrgicos y project cargo. Pero, tanto en estos tráficos como en el tráfico ro-ro, hay camino a recorrer para conseguir ser un nodo importante de la Península.
En este sentido, para seguir creciendo en tráficos viejos y tráficos nuevos, también hay que invertir al ampliar y mejorar las instalaciones portuarias. Por eso, el Port de Tarragona está implementando un plan de inversiones de 150 millones de euros para los próximos 4 años que permitirá mejorar su competitividad para los próximos 20 años.
Hace pocas semanas que han empezado las obras de la primera fase del nuevo muelle de Balears. Esta primera fase de este muelle multipropósito estará en servicio en 14 meses y tendrá la capacidad de duplicar la actual extensión de la terminal de cruceros, y las dimensiones óptimas para recibir los cruceros más grandes del mundo. En fases posteriores este muelle permitirá que el Port cuente con más infraestructuras portuarias y más superficie cuando surjan nuevos proyectos muestren interés.
Pero, la inversión que probablemente transformará el Port y su territorio, es la futura Zona de Actividades Logísticas (ZAL). La ZAL supone habilitar 100 hectáreas de suelo logístico -haciendo crecer la extensión actual del Port en un 20%- destinadas a actividades vinculadas con el tráfico marítimo y para productos con valor añadido. Esto se traducirá en un incremento de los tráficos portuarios entre 2 y 4 millones de toneladas en el año. Pero no solo esto, sino que se prevén unos 3.700 nuevos puestos de trabajo, 3.000 directos y 700 indirectos.
La actividad inversora del Port de Tarragona no se limita a la zona portuaria. Otra de las inversiones estratégicas del Port es la Terminal Intermodal de Guadalajara, un equipamiento muy similar a la Terminal de la Boella, situada a pie de muelle dentro del Port. Guadalajara-Marchamalo será un espacio logístico de 150.000 m2, que permitirá conectar el Port con el ‘Corredor de Henares’ y, por lo tanto, con el centro de la Península Ibérica, tanto para hacer llegar mercancías de entrada como para captar otras de salida.
La apuesta del Port por el ferrocarril es sólida y es una oportunidad para la economía de nuestro territorio. Y lo será todavía más cuando, a partir del 2021, entre en funcionamiento el corredor ferroviario del Mediterráneo que situará cualquier mercancía que entre por el Port de Tarragona a un solo día de cualquier destino en el corazón de Europa.
La acción comercial del Port de Tarragona está atenta a los cambios globales y a los movimientos internacionales y trabaja con un escenario de futuro que concentra grandes mejoras competitivas: ZAL, conexión ferroviaria con ancho europeo, Terminal Intermodal de Guadalajara, nuevos muelles… y mantiene su compromiso para implicar el tejido empresarial portuario y de su entorno, con acciones comerciales conjuntas y con alianzas como el clúster ChemMed.
La apuesta comercial también pasa por una importante presencia internacional en ferias, congresos y foros para promocionar servicios logísticos y dar a conocer las inversiones estratégicas del Port de Tarragona. Y, sobre todo, pasa para establecer una relación de confianza y de cooperación permanente con los clientes actuales y con los clientes potenciales para detectar nuevas oportunidades de negocio.
*Genoveva Climent es directora comercial y de desarrollo de negocio de la APT
Este artículo se publicó en el Anuario del Port de Tarragona 2020