Presidente del Comité de Empresa de Estarraco

Verònica Tapias
29/03/2021

Después de unos años convulsos en el sector de la estiba de los puertos españoles, sus profesionales en el Port de Tarragona disfrutan de la paz social que ha generado la culminación de la reforma del sector impulsada por el gobierno español en 2017. En abril de 2019 la sociedad de estiba y desestiba del puerto tarraconense recibía la autorización de la Generalitat de Catalunya para completar su transformación de Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) a Centro Portuario de Empleo (CPE), tal como marcan el real decreto-ley 8/2017, de 12 de mayo, y el real decreto-ley 9/2019, de 29 de marzo, de reforma de la estiba. La idea inicial era liberalizar el sector, una idea que no gustó nada a los trabajadores, que realizaron varias jornadas de huelga llegando a paralizar la actividad portuaria. El resultado: la garantía de la subrogación del colectivo de estibadores ante la desaparición de las sagep, las que tenían el control de este colectivo hasta la reforma. Sin embargo, actualmente el tema está pendiente de resolución judicial después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) considerara que la subrogación obstaculizaba el proceso de liberalización de la estiba en España. El presidente del Comité de Empresa de ESTARRACO, la empresa que da servicio a la estiba tarraconense, Jordi Inglés, nos explica cuál es la situación del sector en el Port de Tarragona.

“Después de años de negociaciones, huelgas, reuniones y comisiones varias, actualmente estamos satisfechos con las resoluciones que se han tomado»

¿Cuál es la situación del sector de la estiba en Tarragona actualmente?

La verdad es que estamos muy satisfechos con la paz social que por fin podemos disfrutar en Tarragona. Hace años que intentamos solucionar los problemas en las mesas de negociación y cada vez tenemos menos ganas de utilizar la fuerza sindical para llevar a cabo acciones que pueden acarrear problemas al tráfico de mercancías del puerto. Aquí hay mucha gente trabajando. Nosotros somos una parte importante, pero no somos los únicos. Lo que hagamos puede afectar al resto de colectivos y es algo que tenemos muy presente. No solo queremos ser un ejemplo de lucha obrera, sino colaborar con cualquier colectivo que lo necesite.

¿Los estibadores de Tarragona estáis satisfechos con las medidas acordadas en la reforma que impulsó el gobierno español en 2017?

Después de años de negociaciones, huelgas, reuniones y comisiones varias, actualmente estamos satisfechos con las resoluciones que se han tomado. El tema de la subrogación de los trabajadores era una cuestión que nos preocupaba mucho. Lo que se pretendía era la libertad de prestación de servicios portuarios, es decir, que cualquier empresa pudiera coger a cualquier persona sin ningún tipo de formación ni profesionalidad, rompiendo el sector; que una empresa de fuera pudiera venir a Tarragona sin necesidad de contratar a los profesionales que trabajamos aquí. No era una cuestión que solo nos afectara a nosotros como Estarraco, sino que también afectaba a las empresas estibadoras y a las autoridades portuarias, que tampoco estaban de acuerdo.

Por suerte, finalmente se acabó como se tenía que acabar, sin ningún acuerdo sangrante para ninguna de las partes. Durante años hemos demostrado que el modelo que tenemos funciona y que para las empresas estibadoras es más cómodo que existan unos trabajadores profesionalizados a quienes puedan contratar. Es por eso que, en el 90% de los puertos españoles, se ha constituido un centro portuario de ocupación, para sostener este modelo.

Aún así, el tema no está zanjado. Todavía está pendiente la resolución judicial sobre el tema de la subrogación del IV Acuerdo Marco de la estiba porque la CNMC considera que con ello se obstaculiza la liberalización del sector.

Sí, es cierto. Mientras ya tienen un borrador acabado del V Acuerdo Marco en Bruselas, aún existe una parte del anterior que está pendiente de resolución judicial. Estamos esperando resoluciones tanto de Competencias como de la UE. Por nuestra parte no entendemos dónde está el problema. Si empresas y trabajadores se ponen de acuerdo y cumplen la ley, entendemos que son ganas de buscar problemas y destruir por destruir. Si no se garantiza la subrogación de los trabajadores, cualquier empresa puede venir y contratar gente no especializada con sueldos bajos. Al final, todo se hace para reducir costes de estiba y eso, además de peligroso, es completamente injusto.

Hemos llegado casi al final del ciclo de una lucha muy dura. Lo único que queremos es una regulación de mínimos: subrogación sí o no. Queremos que esté todo claro y que quede zanjado el IV Acuerdo Marco de la Estiba. Así podremos avanzar en el V Acuerdo, aclarar todo lo que haya que aclarar del convenio colectivo y afianzar y ampliar los tráficos en el Port de Tarragona.

«Si no se garantiza la subrogación de los trabajadores, cualquier empresa puede venir y contratar gente no especializada con sueldos bajos»

¿Cuál ha sido la evolución de la profesión de estibador a lo largo de los años?

Se han producido cambios en todos los ámbitos. Yo entré como trabajador eventual hace 20 años y llevo 13 como parte de la plantilla fija. Cuando yo entré se empezaba a avanzar en el tema mecánico pero antes era un trabajo mucho más manual y más duro. Ahora utilizamos maquinaria más grande y especializada, lo que ha hecho que sea necesaria más formación. Eso nos convierte en un colectivo mucho más profesionalizado. Ahora necesitamos cursos para manipular las máquinas, las diferentes grúas, cursos de inglés marítimo… Actualmente, por ejemplo, se han conseguido unas cargas de hierro procedentes de Barcelona a través de la empresa Celsa. Se trata de mercancía voluminosa (vigas muy grandes), lo que supone mayor peligrosidad y requiere más delicadeza. En este caso, además de los cursos que se hacen habitualmente, es necesaria una formación más específica para poder mover este tipo de cargas.

En los años 80, cuando faltaban peones para tirar sacos, iban a buscar a los pescadores. Ahora ya no podemos hacerlo, es mucho más complicado introducirse en los equipos de trabajo. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995 añadió nuevos requisitos: más cursos y la necesidad de obtener certificaciones de calidad para manipular vehículos, fruta o cualquier otro tipo de mercancía.

¿Y las condiciones laborales han cambiado mucho?

Sí, las condiciones laborales han cambiado bastante. Antes un estibador podía estar encima de la grúa 18 horas seguidas, bajando media hora en cada turno para poder coger un bocadillo. Esto ya no sucede. Actualmente no podemos trabajar más de 12 horas seguidas. Con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se impulsaron muchos cambios y cinco años después, en Tarragona, nos pusimos las pilas. Se montaron comisiones a nivel estatal y se mejoraron las condiciones. También era el momento de cambio de maquinaria e instalaciones en Tarragona y eso también ayudó mucho.

Actualmente tenemos dos tipos de jornada laboral: la seguida y la partida, ambas de ocho horas, y los turnos intensivos de seis horas, 4 al día durante los 7 días de la semana.

¿Y los sueldos, los consideráis justos?

Tenemos unos sueldos muy dignos. Si bien es verdad que la base no es ninguna burrada, los complementos económicos dentro del convenio se mantienen y eso hace que tengamos un buen sueldo. Llevamos muchos años luchando para defender nuestra profesión y continuamos siendo un colectivo fuerte en todo el Estado. Cuando hay problemas, vienen provocados por alguna normativa española o comunitaria y, cuando esto sucede, nos unimos para ser más fuertes. Eso conlleva que hayamos podido conservar unas condiciones laborales dignas.

¿Cuál es el funcionamiento de trabajo en la estiba en Tarragona?

Estarraco, convertida en una empresa de trabajo temporal a raíz de la reforma del sector, está formada por cinco empresas estibadoras: Ership, Noatum, Bergé, DP World y Euroports. Estas empresas son las que hacen una petición de personal diaria según sus necesidades y desde el Centro Portuario de Ocupación realizamos dos nombramientos al día, a las 7h y a las 12h. En estos nombramientos es donde se nos dice quién va a trabajar y en qué turno. Los 131 estibadores de plantilla fija hacemos turnos rotativos y donde no llegamos nosotros, llegan los trabajadores eventuales (65 en la actualidad). Una vez establecidos los horarios de cada uno, salimos a trabajar en grupos de profesionales con diferentes perfiles: capataces, controladores de mercancías, manipuladores de medios mecánicos y especialistas o peones.

«La entrada al colectivo de profesionales de la estiba es mucho más complicada ahora. Piden 850 horas, 400 teóricas y 450 de práctica, y un curso de habilitación para buques»

¿Qué requisitos se necesitan para trabajar como estibador?

La entrada al colectivo de profesionales de la estiba es mucho más complicada ahora. Durante un tiempo pedían una serie de grados medios y superiores de diferentes especialidades que no tenían nada que ver con la estiba. Ahora nos piden 850 horas, 400 teóricas y 450 de práctica, y un curso de habilitación para buques. Sin este título, no se puede subir a bordo de los barcos. Actualmente no podemos impartir este curso desde Tarragona porque no cumplimos los requisitos. Cuando estábamos realizando los trámites necesarios con la Generalitat de Catalunya, explotó la pandemia y lo paralizó todo. Esperamos que en el futuro podamos dar esta formación aquí pero, de momento, los requisitos que piden son muy exigentes y tampoco tenemos las instalaciones necesarias para cumplir con las medidas anti-Covid. Eso nos supone muchos problemas a la hora de hacer los nombramientos porque parte de los trabajadores eventuales no poseen el título de habilitación para buques y, a veces, tenemos problemas para cubrir los trabajos a bordo.

¿Qué hay de real en la leyenda que dice que el sector de la estiba es muy cerrado y pasa de padres a hijos?

Hay de todo, como en cualquier empresa. Es evidente que, si yo tengo un hijo y trabajo como estibador, él será de los primeros en enterarse cuando haya vacantes. Aún así, sin el curso de habilitación de buques no sirve de nada ser el hijo, el sobrino o el familiar de cualquier estibador. Al necesitarse más requisitos para entrar a trabajar, el tema ha cambiado bastante.

La estiba ha sido tradicionalmente un mundo de hombres, pero poco a poco se han ido incorporando mujeres. ¿Cuándo entró la primera mujer en la estiba del Port de Tarragona?

La primera entró en la plantilla fija conmigo hace 13 años. Hasta hace poco teníamos tres mujeres con contrato fijo, pero actualmente solo tenemos dos. Como eventuales, tenemos 7 o 8. Si bien es cierto que hay algunos trabajos que requieren fuerza física y aquí las mujeres juegan con desventaja, las que operan con máquinas y grúas no tienen ningún tipo de problema. Aún así, la polivalencia que requiere la profesión en el enclave tarraconense (trabajos físicos, máquinas, grúas, trabajo en bodegas…) hace más difícil el acceso de las mujeres. En puertos más grandes, como el de Barcelona, han entrado para realizar trabajos de control de mercancías y su valía está más que demostrada, pero aquí no ha sido así.

Actualmente no hay ningún tipo de traba para ellas y creo que es necesario romper con todos estos tabús, como el pensar que la estiba es cosa de hombres y que solo pasa de padres a hijos.