Gerente de Renave

Verònica Tapias
10/05/2021

La empresa Renave lleva más de cincuenta años prestando el servicio de remolque, cabotaje y altura, asistencia a plataformas, movimiento de bloques, salvamentos, rescates, servicios contra incendios, anticontaminación y achiques en el Port de Tarragona. Fundada en 1964 para esta propósito, la compañía pertenece al Grupo Ibaizabal, proveedor de servicios integrados de gestión de buques para las industrias de transporte marítimo internacional y offshore. Si bien era la única empresa que prestaba este servicio cuando se fundó, a principios de los 80 se incorporó REPASA y desde 2009 prestan el servicio conjuntamente con Carsa (Repsol) como una UTE. Esta UTE dispone de seis remolcadores: 2 propiedad de Renave, 2 propiedad de Repasa y 2 más que también son propiedad de Renave y están fletados a Carsa. Hablamos con el director de Renave y gerente de la UTE, Genaro Pérez, para conocer los entresijos de esta profesión.

“La prestación del servicio no ha conllevado nunca problemas y hemos disfrutado siempre de una muy buena relación con la APT”

¿Cuántos trabajadores tiene la compañía Renave?

Actualmente somos una trentena de trabajadores entre la parte de la flota (patrones, mecánicos y marineros) y la gente de oficina (contable, inspector de flota y director).

¿Hay alguna mujer en plantilla?

Sí, la contable es una mujer y también tenemos una chica que es patrón de barco. Esta última se incorporó el año pasado. Aunque es cierto que es un sector mayoritariamente masculino, poco a poco, se van incorporando mujeres. No lo tienen fácil pero es importante abrirles las puertas y darles las mismas oportunidades que tenemos los hombres.

Para realizar el servicio de remolque en el Port de Tarragona la UTE dispone de seis remolcadores. ¿Cuáles son sus características?

Hablamos de barcos de última generación. Inicialmente, los remolcadores eran de tipo convencional, es decir, un timón y una hélice. Poco a poco, se fue hacia el sistema cicloidal, con giro de 360 grados del propulsor y con una maniobrabilidad brutal. Aquí tenemos dos sistemas, el VOITH y el ASD. Es una flota moderna y con todas las revisiones al día.

La licencia otorgada por el puerto tarraconense caduca el próximo año. Eso significa que más empresas podrán optar al servicio de remolque.

Sí, eso está claro. Nosotros llevamos prestando el servicio en Tarragona toda la vida, pero cualquier empresa que cumpla los requisitos puede optar a la licencia.

¿Cuál es el funcionamiento del servicio de remolque?

El funcionamiento es siempre el mismo: el barco que tiene que hacer la maniobra de entrada o salida del enclave reporta a Tráfico una hora antes de la maniobra y después se reporta también a los prácticos. Cuando tienen permiso de la autoridad portuaria y de Capitanía Marítima para entrar o salir, los prácticos nos avisan a nosotros. Ellos son los que nos indican si el servicio es necesario, porque no siempre lo es, y cuántos remolcadores debemos llevar en función de la dificultad de la maniobra y de la normativa específica en cada uno de los casos. Podemos hacer un servicio sencillo, con uno o dos remolcadores, y uno complicado, con cuatro, de manera simultánea. Es por ello que disponemos de seis remolcadores. Hay muchos barcos que necesitan solo uno, como los quimiqueros pequeños o los que llevan carga de animales vivos.

¿Y cuáles son los horarios de los tripulantes de los remolcadores?

Tenemos establecido un sistema de marina mercante con campañas de 28 días, es decir, cada 28 días cambia el relevo. Durante estas cuatro semanas, las maniobras pueden surgir a cualquier hora del día o de la noche. Tenemos un sistema rotativo de guardias de 12 horas porque hay que cumplir con las normativas de trabajo y descanso. Tenemos un ciclo de día y uno de noche que va cambiando para no repetir siempre el mismo turno. Se trata de un sistema que funciona así desde hace ya muchos años y estamos todos acostumbrados.

¿Y los sueldos lo compensan?

Son salarios justos. Los trabajadores siempre se quejan, pero eso es condición intrínseca. De todas maneras, antes de estar en oficinas, yo también pasé por flota y sé lo que es.

“Durante la pandemia estuvimos confinados casi dos meses”

¿Cuál ha sido su trayectoria dentro de la empresa?

Entré en Renave en 1999. Yo me había enfocado hacia el deporte, hacía remo y estaba viviendo en Banyoles, pero la cosa no fructificó. Mi padre era empleado de Renave y, como había vivido maniobras desde pequeño (mi padre me llevaba) y toda mi familia está vinculada al mundo del mar y la pesca, decidí estudiar para entrar en la compañía. Primero estuve de patrón en la parte de flota y, cuando el director de la empresa se marchó a otra compañía, me dieron la oportunidad de ocupar su puesto. Corría entonces el año 2016. Mi trabajo como patrón lo tenía muy controlado y cambiar a la parte de dirección me suponía un reto. Pensé que era una oportunidad única y un premio a mi recorrido dentro de Renave.

¿Qué recuerdos tiene de cuando trabajaba en flota? ¿Puede destacar alguna maniobra?

Ha habido muchas, pero alguna puedo destacar, como la primera que hice en un remolcador convencional. Recuerdo que intervine en el incendio de un barco que estaba fondeado. Nos llamaron a las 3 de la mañana para informarnos de un incendio en un buque cargado con 20 mil toneladas de nafta, un producto muy inflamable. Se me pusieron las pulsaciones a mil porque no sabía qué me iba a encontrar. La actuación de Salvamento Marítimo fue muy buena y nosotros nos dedicamos al aislamiento térmico porque el fuego se inició en el camarote del capitán. Necesitamos 4 remolcadores para la maniobra. Recuerdo otra, que fue de noche, en la antigua Química 4, en la que, literalmente, me temblaron las piernas en el puente.

Y ahora, que es director de la empresa, ¿cuáles son sus funciones?

Ahora me dedico a llevar todas las comunicaciones con el puerto, la parte contable, las auditorías, el personal… y la gerencia de la UTE. También doy formación a patrones dentro de las empresas del grupo y llevo toda la parte operativa. Además, soy formador del sistema VOITH a nivel mundial. Evidentemente, estoy mucho más en tierra que antes.

¿Eso significa que aún se embarca en alguna ocasión?

Sí, cuando hablamos para hacer la entrevista estaba llevando uno de nuestros remolcadores a Galicia, el Gernika, para realizarle un overhaul a todo el propulsor, necesitaba una reparación importante y algunas piezas nuevas. La reparación y mantenimiento de nuestra flota la hacemos fuera de Tarragona porque estos barcos, por normativa, necesitan revisiones exhaustivas que hay que realizarlas fuera del agua. Aunque en Tarragona tenemos el varadero, no está preparado para este tipo de cosas y por eso los llevamos a Galicia, donde se trabaja a cubierto, lo cual nos hace ganar mucho tiempo.

¿Qué requisitos y formación se necesita para llevar un remolcador?

Para llevar un remolcador necesitas el título de patrón, un ciclo formativo de grado superior o la carrera de Capitán. La diferencia entre ambas está en las limitaciones de tonelaje de barco que puedes llevar. Yo, por ejemplo, me saqué el título de patrón. Algo que tengo pendiente es hacer la carrera para no tener limitación de tonelaje.

Entiendo que también se necesita ir renovando la formación para actualizar los conocimientos.

Sí, para mantener la titulación, necesitamos una serie de cursos (sanitarios, contra incendios, supervivencia…), que hay que actualizar cada cinco años. Antes acreditabas días de embarque y te los renovaban. Ahora no, ahora son necesarias las actualizaciones. En 2021 ha cambiado la normativa y las empresas estamos un poco preocupadas porque el Instituto Social de la Marina no tiene suficiente capacidad para coger todo el volumen de gente que tiene que renovar los certificados de especialidad. Es el único sitio donde se hace esta formación de manera gratuita y la pandemia ha dificultado la realización de estos cursos. Eso puede suponer un problema porque, si la flota no tiene las especializaciones actualizadas, Capitanía puede prohibir su embarque. Es cierto que se han establecido unas prórrogas por el tema del COVID y las relaciones con Capitanía son buenas, entienden el problema. Aún así, nos podemos llegar a encontrar con dificultades a la hora de conseguir personal para embarcar por no tener las actualizaciones.

Nosotros hemos puesto este problema sobre la mesa. Tengo reuniones mensuales con el ISM y es algo que hemos comunicado. La labor del director es impecable y se esfuerzan para buscar soluciones, como enviar empresas de Barcelona a Tarragona para impartir esos cursos. Aún así, tampoco depende de ellos, sino del Estado, y cabe añadir que 2020 ha sido un año muy complicado.

Además de la formación, ¿qué otras complicaciones les ha supuesto la pandemia?

Nos afectó en la cifra de negocio, como a todas las empresas, que vimos cómo bajaba en un 20% respecto a 2019. Estuvimos confinados casi dos meses y eso hizo que cayera la facturación. Aún así, pudimos aguantar a toda la plantilla.

“El remolque de bloques en mar abierto es una de las tareas más complicadas”

Uno de los servicios que presta la UTE es el de movimiento de bloques. ¿Cómo están participando en la construcción del muelle de Balears?

Lo que hacemos es mover los bloques desde la cajonera hasta el lugar de su colocación. Nosotros somos los que hacemos el posicionamiento de estos bloques. Estas operaciones son complicadas porque hablamos de un cajón que mide 30x30x30 metros de calado, que necesita ser remolcado y la resistencia que ejerce en el agua es muy fuerte. El remolque de bloques en mar abierto es uno de los más complicados.

Para terminar, ¿cómo es su relación con la Autoridad Portuaria de Tarragona?

La verdad es que siempre ha sido muy buena. En mi caso, el hecho de estar en la parte operativa antes que en la dirección y ser hijo de un antiguo trabajador me ayudó mucho porque conozco a mucha gente. Además, Tarragona es como un pueblo y nos conocemos todos. De todas maneras, la prestación del servicio no ha conllevado nunca problemas y hemos disfrutado siempre de una muy buena relación con la APT.