J.A.D
20/09/22

El Port y su hinterland sufren las consecuencias del conflicto.

 

No parece que, de momento, se vea un horizonte de solución al conflicto con los estibadores en el Port. Nadie se atreve a hablar de huelga del colectivo de unos 130 estibadores que trabaja en el Port, pero claramente existe una ralentización de las operaciones de descarga de buques y carga de camiones. Así, según los datos que maneja la Autoridad Portuaria, la descarga de cereales en agosto ha bajado un 45% respecto al mismo mes del año anterior, a pesar de haber barcos pendientes de descarga. Mientras en agosto de 2021 se descargaron 633.300 toneladas, en el mes de agosto pasado fueron de 347.800 toneladas.

Varias son las fuentes del sector agroalimentario que expresan su preocupación ante las consecuencias para la estiba de la aprobación del último V Acuerdo Marco Sectorial Estatal de la Estiba, el pasado día 8 de abril, que ha supuesto un cambio normativo hacia una mayor liberalización, lo que implica que trabajadores y empresas tengan que diseñar un nuevo marco de relaciones laborales y de organización del trabajo. Los estibadores en Tarragona se agrupan en cinco empresas y, para adecuarse a la normativa estatal y europea de liberalización del sector de la estiba, estas deben disolverse y ser cada una de ellas las que contraten directamente a los estibadores, abriéndose la posibilidad de que puedan participar otras compañías.

El sector agroalimentario está preocupado por el conflicto larvado con los estibadores”, señala Miquel Àngel Bergés, director de mercado de cereales y piensos de Mercolleida. “Se sigue operando, pero hay preocupación por lo que pueda pasar, especialmente ante una época de consumos altos a partir de octubre”, señala.

“La situación de mercado es tensa, debido por una parte a la alta volatilidad del mercado, a una cosecha nacional pobre y al conflicto en el Port de Tarragona, en el que llegan los barcos y están haciendo cola para poder descargar. Las operaciones son exasperadamente lentas”, concluye.

Por su parte, desde la Asociación Catalana de Fabricantes de Piensos Compuestos (Asfac), indican que «se nos viene encima el problema de que los cereales empleados en la elaboración de piensos, no lleguen a su destino, poniendo en riesgo el suministro alimentario de 13 millones de animales en Catalunya, Aragón, Navarra y parte de Soria y Castellón», advierte Pere Borrell, presidente de Asfac en unas recientes declaraciones. «Esto no quiere decir que se vayan a morir los animales, pero sí que van a dejar de crecer», señala.

“Si la situación no mejora en las próximas dos semanas, muchas fábricas de piensos se van a quedar sin materia prima para poder alimentar al ganado. Vamos a crear un problema de malestar animal», lamenta el presidente de Asfac, quien apunta que el 40% de la cabaña nacional está en la zona de influencia del Port de Tarragona.

La Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales (AECEC) también ha advertido de «graves problemas» de desabastecimiento de soja y maíz en Catalunya y Aragón por «la huelga encubierta» de los estibadores. «Estamos extremadamente preocupados por la posibilidad de rotura de stocks en harina de soja y maíz, incremento de costes y por los problemas de malestar animal que puedan surgir», alerta.